La escuela debe convertirse en el lugar donde el niño pueda vivir en libertad.
María Montessori
Aunque nos parezca imposible, cada vez son más los niños y adolescentes que son víctimas de acoso escolar. Según la Asociación No al Acoso Escolar (NACE), las cifras de víctimas de acoso escolar han incrementado dramáticamente en los últimos años, donde se ha pasado de registrar 768 casos en 2021 a más de 7.600 en 20221.
La Organización de las Naciones Unidas ha elevado el número de víctimas de maltrato emocional a uno de cada tres niños en su informe de 2019.
No obstante, hay que tener en cuenta que las consecuencias del acoso escolar no afectan únicamente a las víctimas y que tampoco se limitan exclusivamente a los golpes provocados por los empujones o a la tristeza que puede sentir un niño por ser constantemente un motivo de burla. El acoso tiene un gran impacto en los diferentes protagonistas que participan en él: las víctimas, los acosadores y los testigos.
Para ayudarte a comprender qué consecuencias puede tener el bullying, a continuación, analizamos cómo puede afectar a los diferentes protagonistas.
Las consecuencias a corto plazo para la víctima del acoso escolar
Para prevenir y combatir el acoso psicológico, físico o sexual, es fundamental medir las consecuencias directas que puede tener sobre la víctima a corto plazo.

Absentismo y abandono escolar
Si el niño tiene miedo de sufrir acoso en la escuela o las clases de apoyo, puede negarse a ir y faltar bastante durante un período de tiempo más o menos largo. Por supuesto, estas ausencias repetidas afectarán a su rendimiento académico.
El constante estrés y la ansiedad que siente el alumno que es víctima de bullying también pueden derivar en problemas de memoria y concentración, así como en dificultades en el razonamiento.
De este modo, el niño puede querer terminar prematuramente su escolaridad o recibir una orientación inadecuada.
Existen varios informes que apuntan a que los alumnos que sufren acoso escolar están más expuestos que otros a abandonar la escuela simplemente por el hecho de tener miedo de ir a la escuela: el 5 % afirma no haber ido al menos una vez a la escuela porque tenía miedo de lo que le pudieran hacer.
Aislamiento social
Si el niño tiene miedo, se aislará y no logrará desarrollar las habilidades académicas, personales y sociales necesarias para su desarrollo como niño o adolescente.
El niño se encerrará en sí mismo para que no lo maltraten sus compañeros. Sin embargo, este aislamiento solo servirá para privarle de compartir e intercambiar emocionalmente con los demás, lo que, por otro lado, quizá podría ayudarle a encontrar una solución.
Asimismo, desarrollará un sentimiento de vergüenza, perderá la confianza en sí mismo y tenderá a sentirse culpable. Un ambiente en el que se pueden ver reflejadas estas consecuencias es en el de clases de apoyo, así que no olvides preguntarles a los profesores particulares si han notado algo diferente últimamente.
Sensación de abandono
El niño tendrá la sensación de sentirse abandonado por sus compañeros pero también por los adultos, lo que debilitará el proceso de socialización y provocará que el niño se cierre en sí mismo, aumentando así el riesgo de recurrir a la violencia como forma de expresión.
Alteraciones en el metabolismo y trastornos de comportamiento
Los alumnos que sufren agresiones de forma repetida pueden experimentar alteraciones en el metabolismo así como trastornos de la conducta:
- Vómitos
- Mareos
- Dolor de cabeza
- Dolor de estomago
- Problemas de visión
- Insomnio
- Retraso del crecimiento
- Un sistema inmunológico débil
- Trastornos en la alimentación: anorexia, bulimia, etc.
Estas señales te ayudarán a detectar el acoso.
Las consecuencias a medio plazo para la víctima del bullying
A medio plazo, si no se toman medidas, el niño que sufre el acoso escolar desarrollará otro tipo de problemas, cada vez más graves.

Trastornos ansiodepresivos
Las víctimas de acoso escolar pueden desarrollar un comportamiento depresivo al pensar que son responsables y culpables del maltrato que sufren, al negarse, por otra parte, a pedir ayuda.
Se trata de una consecuencia muy peligrosa del acoso que puede acarrear otros efectos aún más preocupantes…
Comportamiento violento
El acoso puede llevar a las víctimas a recurrir a la violencia, creyendo que se trata del único medio de expresión que tienen.
De este modo, serán violentos con otras personas (incluidos los padres), pero también con ellos mismos. La víctima puede llegar a adoptar comportamientos autodestructivos a modo de auxilio: infrigiéndose escarificaciones, consumiendo alcohol y estupefacientes, etc.
Conductas suicidas
Una consecuencia aún más grave e irremediable es el suicidio…
según el último Estudio sobre Conducta Suicida y Salud Mental en la Infancia y la Adolescencia en España (2012-2022) de la Fundación ANAR, el 70 % de los alumnos con ideación suicida declaró haber sufrido maltrato en el colegio.
Las consecuencias a largo plazo para la víctima de acoso
Los efectos del acoso también pueden sentirse a largo plazo, incluso hasta la edad adulta.
«Tengo miedo de la gente», afirma María, de 41 años, víctima de acoso escolar. «Me casé con una de las pocas personas con las que he conseguido salir y que es la única con la que no tengo miedo alguno».
Problemas de socialización
El impacto del acoso desde un punto de vista psicológico puede llegar a ser duradero en el tiempo:
- Baja autoestima
- Tendencias depresivas
- Vulnerabilidad relacional
- Dificultades de adaptación en el contexto profesional, relacional y romántico.
«No quiero tener hijos. Tengo miedo de que sean víctima de acoso por mi culpa». Amelia, 22 años.
Trastornos psíquicos
En la edad adulta, las consecuencias psíquicas son también palpables, aunque no siempre están ligadas a las situaciones de acoso sufridas en el pasado:
- Trastorno del sueño
- Adicción a medicamentos o drogas
- Fobia social
- Estrés postraumático
- Depresión crónica
- Intentos de suicidio
Muchos de estos problemas, como te podrás imaginar, pueden surgir por haber sido víctima de acoso escolar y haber sufrido violencia de una forma repetida en la escuela.
«Cuando camino por la calle y oigo reír a alguien, inmediatamente pienso que se está riendo de mí». Anónimo

¿Cuáles son las consecuencias para el acosador a corto plazo?
Los efectos del acoso también afectan al acosador y, a largo plazo, se pueden asimilar a las consecuencias que padecen las víctimas.
Falta de empatía
Cuanto más acosa el atacante a su víctima, menos empatía siente y menos comprende la gravedad de sus acciones. Por esta razón, resulta fundamental detectar el acoso lo antes posible.
Comportamientos violentos de forma repetida
El acosador ejerce su poder sobre un individuo que le parece más débil. De este modo, completa su falta de autoestima. Para mantener su estado de «seguridad psicológica», siente la necesidad de reproducir la situación de acoso con la mayor frecuencia posible y, por eso, repite sus conductas violentas.
Aislamiento en un círculo vicioso
En algunas ocasiones, los acosadores son castigados con la exclusión de la escuela o las clases de apoyo pero sin llegar a tener ningún tipo de sanciones educativas más allá. El problema es que en cuanto vuelva al centro, el agresor puede repetir su conducta violenta para recuperar su sensación de poder.
¿Qué consecuencias a medio plazo puede experimentar el acosador?
A medio plazo, también se asemejan bastante a las consecuencias de la víctima.
Riesgo de marginación
La expulsión y cualquier tipo de sanción impuesta por el centro harán que el acosador esté más a la defensiva con los adultos que con sus propios compañeros.
Adoptará comportamientos cada vez más agresivos y violentos y podrá caer incluso en la delincuencia.
Fracaso escolar
Si falta a menudo debido a las expulsiones o a las sanciones disciplinarias, el acosador tendrá ciertas dificultades para mantener sus resultados académicos y correrá el riesgo de acabar abandonando los estudios.
¿Qué impacto tiene el bullying a largo plazo para el acosador?
Según un estudio realizado por David P. Farrington y Maria M. Ttofi2 con 411 hombres del sur de Londres de entre 8 y 48 años, el acoso también puede tener consecuencias a largo plazo para el acosador.
Una vida social precaria
El 27,1 % de los hombres de 18 años que han sido acosadores creen tener un estatus social precario (frente al 13,6 % de los no acosadores).
Treinta años después, el 21 % de los hombres acosadores consideran que tienen una vida social fallida en comparación con el 9,4 % de los hombres que no han hecho bullying.
Un mayor riesgo de morosidad
Existen al menos el doble de condenas entre acosadores de entre 15 y 20 años que entre no acosadores. El 32,4 % de ellos se declararon violentos frente al 17,7 % de los no acosadores.
Malestar social
Si los acosados tienen dificultades para las relaciones humanas una vez en la edad adulta, lo mismo ocurre con los abusadores crónicos.
Por lo tanto, tienen más probabilidades de maltratar a sus parejas y ser violentos con sus hijos.
Depresión y consumo de alcohol y drogas
Los que solían acosar en la escuela, por lo general, alternan períodos en los que sienten que tienen el control de la situación y períodos en los que se hunden en un estado depresivo.
Para contrarrestar esta condición, los acosadores pueden caer más fácilmente en el consumo de drogas. Entre las personas de 27 a 32 años que han sido acosadores, el 30,9 % afirma haber consumido (o continuar haciéndolo) drogas en comparación con el 17 % de los no acosadores.
El acoso afecta a todos: consecuencias para los testigos
Muchas veces no caemos en la cuenta de los testigos del acoso escolar cuando hablamos de las diferentes formas de acoso, pero ser un testigo pasivo puede también tener consecuencias a corto, medio y largo plazo.

Actitudes violentas
Ser testigo del acoso y comprobar la impunidad de los actos puede alentar a la adopción de prácticas violentas hacia los compañeros.
Inseguridad
Los testigos de acoso pueden desarrollar un sentimiento de inseguridad y tener miedo de acudir al centro escolar o las clases de apoyo.
Un cambio de rol
Cuando el miedo a convertirse en víctima es demasiado fuerte, el testigo puede optar por emprender acciones violentas para ocupar su lugar dentro del grupo acosador.
Sentimiento de culpa
El mayor riesgo de presenciar actos de acoso es desarrollar un importante sentimiento de culpa por no haber denunciado los hechos.
«Hoy me doy cuenta de que hice daño a algunos compañeros, pero no me di cuenta en su momento, fue una forma de violencia gratuita. En el ejército, donde nos hacen sufrir cuando nos burlamos de alguien, caí en la cuenta de lo que había hecho durante mi etapa escolar». Antonio, 25 años
Sin duda, las huellas del bullying pueden ser muy duraderas, incluso llegar hasta la edad adulta.
No dudes en llamar al 900 018 018, si eres víctima, agresor o testigo de acoso escolar en tu centro. Solo hablando abiertamente podrá desaparecer la culpa y se podrán tomar medidas para que las consecuencias no lleguen ni a medio ni a largo plazo. ¡Puede estar en tu mano!
Por supuesto, siempre se puede salir del acoso escolar, descubre cómo puedes superar el bullying.
1Alemán, M. (2023, 27 abril). Se multiplican por 7 los casos de acoso escolar en 2022, con 7.600. Onda Regional de Murcia. https://www.eldebate.com/familia/20221103/siete-cada-diez-ninos-sufren-acoso-ciberacoso-espana_70153.html
2Ttofi, M. M. (2013). Acoso escolar como predictor de la delincuencia y la violencia posterior en la vida: una revisión sistemática de estudios longitudinales prospectivos. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4489810