El deporte, sea cual sea, siempre es beneficioso para la salud. No solo para estar en forma y vernos mejor, que también, sino que aporta otra serie de ventajas, como mejorar la resistencia, tener un mejor estado de ánimo o, incluso, dormir mejor. Pero, de todos los deportes, hoy hemos venido a hablar de uno en concreto: la natación.
Seguro que ya lo has asociado a una mejora en la postura y en una disminución de los dolores de espalda, ¿verdad? Pero los beneficios de este deporte, independientemente de cuál sea tu estilo de natación preferido, son muchos. Veamos para qué es buena la natación y los beneficios de nadar.
Mejora la coordinación motora
La coordinación motora es la capacidad para realizar movimientos de forma eficiente y precisa, rápida y también ordenada.
Los beneficios de la natación, a grandes rasgos, se pueden agrupar en dos tipos: los mentales y los físicos.

Dentro de estos últimos (pero también relacionados con los primeros) están los beneficios que tiene este deporte en el caso de padecer determinadas enfermedades o dolencias. ¡Vamos a verlo punto por punto, empezado por los físicos!
Cuando nadamos, todo nuestro cuerpo y mente entran en juego: hemos de mover muchas partes del cuerpo al mismo tiempo y, cuanto mejor sea tu técnica, lo harás de un modo más sincronizado. Brazos por un lado, y piernas y pies por otro, dependiendo del estilo de natación que practiques.
Además, hay que controlar la respiración y los movimientos de la cabeza para respirar. ¡Y mantenernos a flote! Y, por supuesto, ir avanzando, a medida que ejecutamos todo lo anterior.
Cuando se aprende en la infancia, todos estos movimientos simultáneos nos pueden parecer naturales en la edad adulta, pero en ellos entra en juego la coordinación. ¡La aprendemos, la mejoramos y la fomentamos con este deporte!
La relación entre el ejercicio físico y la cognición es un hecho.1 Por lo que, tanto para niños como para adultos, realizar deportes como nadar ayudará al desarrollo y mantenimiento motriz.
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Potencia la musculatura
Seguro que ha oído eso de que la natación es uno de los deportes más completos que existe, y uno de los motivos es que cuando nadamos ejercitamos prácticamente todos los músculos: concretamente dos tercios de los músculos de nuestro cuerpo.
Dependiendo de qué modalidad de natación practiquemos en cada momento, se potenciarán más unos que otros, pero podemos decir que abdominales, bíceps y tríceps, glúteos, cuádriceps, etc. se ponen en funcionamiento y, además, de forma simultánea.
A esto se suma que, al estar en el agua, hemos de hacer más fuerza para ejercitarlos, debido a su densidad, para conseguir desplazarnos, lo que potencia la musculatura sin que nos demos cuenta.

Pero, antes de profundizar en ello, vamos a ver qué músculos son los que más beneficiados resultan con este deporte, según explican desde el Club Cañada Natación:
- En las piernas: cuádriceps, isquiotibiales y tibiales.
- En los brazos: bíceps y tríceps.
- En los antebrazos y las manos: supinadores y pronadores.
- En la espalda: dorsal, trapecio y deltoides.
- En el cuello: esternocleidomastoideo.
- Y también se ejercitan: pectorales y abdominales.
¡Parece que no queda un solo músculo descansando cuando estamos como pez en el agua! Pero vamos a ver de la mano de algunos expertos por qué el hecho de ejercitarlos en el agua fomenta la musculatura:
Y es que, “el agua es más densa que el aire y permite realizar ejercicio contra una resistencia mayor. Por lo tanto, los músculos tienen que trabajar con una carga mayor que si lo hiciesen sin ningún tipo de oposición”, explica Xoán Miguéns, vicepresidente de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física al medio deportivo CuidatePlus.2
Dicho de otro modo: también parafraseando al experto, es como hacer un ejercicio de pesas, pero que resulta más llevadero al hacerlo en el agua, ya que presenta “una resistencia muy controlada, suave y protegida”.
Si estabas pensando en empezar a aprender a nadar, retomarlo si hace tiempo que lo has dejado o apuntar a tu peque para que haga algo de ejercicio, seguramente acabes convenciéndote de que es la mejor decisión que podías tomar si lees hasta el final.
Aumenta la capacidad pulmonar
La natación hace funcionar el corazón y los pulmones. Esto entrena al cuerpo para usar el oxígeno de manera más eficiente, lo que generalmente se refleja en la disminución de la frecuencia cardíaca en reposo y la frecuencia respiratoria.
Ya lo hemos dicho más arriba, la coordinación es muy importante en este deporte, y una de las partes más complicadas puede ser la de aprender a respirar en el agua. Algo que es necesario para mantenerse a flote, pero también cuando sumergimos la cabeza y la volvemos a sacar. Este control de la respiración, y su ejercicio, hacen que se fortalezca el sistema respiratorio.

Este es un punto fundamental para disfrutar de la natación y sacarle el máximo partido: una vez dominada la respiración, sí que estarás como pez en el agua. Y es que, cada vez que tomamos aire mientras nadamos, mejoramos nuestro sistema respiratorio, algo que se fomenta al estar en un entorno líquido.
Al principio tendrás que hacer los ejercicios de respiración de forma controlada como cuando empiezas a hacer deporte, pero luego de un tiempo ya te saldrá de forma automática y en unos meses sentirás cómo ha aumentado la capacidad pulmonar. En el caso de la capacidad pulmonar, la natación está especialmente indicada para personas con asma o condiciones respiratorias crónicas.
Pero además, como indica la última fuente citada, “para poder flotar es necesario saber inflar adecuadamente los pulmones, y para poder nadar con la cabeza bajo el agua, es necesario aprender a nadar con ritmo y optimizar el uso del aire”. Pero no solo eso, sino que los datos también están de "nuestro" lado: el portal especializado Salud más Deporte lo explica con esta cifra: "La natación mejora el consumo de oxígeno hasta un 10 %". ¿Queda claro, no?
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Buena para la circulación
“El agua genera presión hidrostática de forma suave y efectiva sobre el organismo, y favorece la disminución de la hinchazón. Al estar en el agua, además, se facilita el drenaje, así como la circulación de la sangre”, explica al respecto Xoán Miguéns.
Dicho de otro modo, para entenderlo mejor, mientras nadamos, el agua tiene un “efecto masaje” cuando roza cada parte del cuerpo, y dicho masaje favorece la circulación de la sangre que, además, al estar en posición horizontal, no tiene la misma presión de la gravedad. La suma de una mejor circulación de la sangre, junto con esa sensación de ligereza al estar en el agua, favorece también la disminución de retención de líquidos.
Además de ese "masaje", cuando nadamos el corazón trabaja menos. ¿Qué quiere decir esto? Según Salud Más Deporte, “el corazón puede impulsar la sangre hasta un 18% más” cuando nadamos, lo que “disminuye la frecuencia cardíaca”. En otras palabras: el corazón tiene que realizar menos esfuerzo a la hora de hacer el ejercicio, lo que hace que se reduzca también la presión arterial y frecuencia cardíaca y, por lo tanto, se tiene una mayor capacidad física.
Otra forma de explicar este beneficio es decir que la natación mejora la salud cardiovascular. Todo ejercicio aeróbico que aumenta el ritmo cardíaco es bueno para nuestro sistema cardiovascular. Aumentar el flujo sanguíneo y reducir la presión arterial son sinónimos de disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, es decir, infartos e ictus. Obviamente no por nadar tendrás todo solucionado, ya que la alimentación y otros hábitos, influyen muchísimo en cómo late nuestro corazón ❤️. Lo que decimos siempre: todo suma.
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No resiente las articulaciones
La natación es un deporte de bajo impacto, ya que al tener el cuerpo sumergido, da la sensación de que “pesa menos”. Al estar flotando, no se reciben otros impactos, como sucede con otros deportes más agresivos que tienen lugar en superficies más duras; esto hace que se trate de un ejercicio amable con el cuerpo, y que las articulaciones, y también los huesos, no sufran durante su práctica. ¿Qué quiere decir? Pues que se desgastan menos, a la vez que se mantienen más flexibles que con otros deportes.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, practicando este deporte asiduamente, además ganarás elasticidad, velocidad, fuerza, resistencia o flexibilidad, ¡incluso equilibrio!
Y es que la natación es uno de los pocos deportes que benefician todas estas cualidades a la vez. Pero no solo tu cuerpo saldrá beneficiado, ¡mira!
Así, el bajo impacto que tiene en las articulaciones el nadar, lo hace un deporte muy diferencial respecto a otros.
Digamos que es casi de los únicos que apenas tiene impacto en las articulaciones, ya que todo deporte que hacemos fuera del agua, lo haces contra el suelo, y el impacto es muy considerable. ¡A menos que practiques algo en el aire!
De todos modos, depende del deporte, pero una práctica regular, no de alto rendimiento y siempre que se haga correctamente, tampoco debería perjudicarte mucho. Si estás sano, no va a pasarte nada por salir a correr un par de veces a la semana. Eso sí, si eres una persona con artritis, lesiones, obesidad o que está en una rehabilitación física, practicar natación debe estar entre tus prioridades deportivas.
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Libera el estrés
Practicar natación no solo aporta beneficios a nuestro cuerpo, sino también a nuestra mente. La natación ayuda a controlar la ansiedad, el estrés, incluso los síntomas de depresión; puede suponer una mejora del estado de ánimo y del humor, así como una mejora en la calidad y la cantidad de sueño.
Como todos los deportes o la actividad física en general, ejercita también nuestro cerebro, con una mejor coordinación motora pero también cognitiva: nadar “optimiza las funciones neurológicas al poner en marcha conexiones cerebrales de ambos hemisferios y mantener activo y coordinado nuestro sistema cognitivo”, explica Pablo Berenguel, responsable del Grupo de Medicina Deportiva de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia; que añade que “por si fueran pocos los beneficios físicos, también proporciona tranquilidad y estabilidad anímica”.
Los motivos: la liberación de endorfinas, serotonina y dopamina mientras nadamos, relacionadas con el sentimiento de felicidad.

Además, al estar en el agua, notamos menos tensión en los músculos, mantenemos un ritmo cardíaco y respiratorio controlado y constante, lo que favorece que estemos más relajados al salir del agua.
Todo ello, también repercute en una mejora de la calidad y la cantidad de sueño, un mejor descanso e, incluso, una mayor concentración para el resto de tareas de nuestro día a día.
Luego, también hay otros aspectos que hacen que la sensación de estar en el agua sea especial. Y es que por algo los humanos nos sentimos atraídos por el mar y las zonas próximas al agua; muchas veces asociada incluso con la mística.
Más allá de las creencias, sí es cierto que el movimiento rítmico cuando estamos en el agua y la sensación de que no hay gravedad tienen un efecto calmante en la mente. Así mismo, más allá de si hacemos o no deporte, el simple hecho de ponernos sobre el agua y dejarnos mecernos por las olas mientras flotamos nos dará una sensación de paz casi instantánea.
¿Cuál es la historia de la natación?
Mantiene la memoria
La natación también nos ayuda, como bien explica el conocido programa de salud Saber Vivir, a mejorar en otros aspectos muy importantes como la memoria: “Los ejercicios de respiración que se ponen en práctica al nadar ayudan a oxigenar el cerebro, lo que revierte en la mejora de esta capacidad del cerebro”. Incluso la autoestima se ve reforzada al practicar este deporte.3
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Mantiene la flexibilidad
Todos los beneficios de la natación para adultos o niños se consiguen siempre y cuando se realicen correctamente los ejercicios. Hacer deporte es un buen paso, pero ya que estamos metidos en faena, lo mejor es hacerlo bien. Tengas la edad que tengas, que no te dé vergüenza ir a cursos de natación si no sabes nadar o notas que no haces los movimientos correctamente. ¡Hay muchas personas que no saben nadar!

Es cierto que ahora está de moda apuntar a los bebés a la piscina desde que tienen unos pocos meses e indudablemente esos niños tendrán una destreza en el agua de por vida.
Sin embargo, hay muchos adultos que no han tenido la oportunidad de aprender a nadar correctamente o solo se defienden en el agua para no ahogarse. ¡Apúntate a clases y verás qué bien! Además, nadar es como montar en bicicleta, una vez que aprendes nunca se olvida.
¿Y por qué te estamos soltando este cuento? Porque para mantener la flexibilidad nadando, hay que saber nadar bien. Hay otros beneficios que con el simple hecho de mover el cuerpo ya haces algo, pero en el caso de la flexibilidad no. Tienes que hacer movimientos que de verdad lleguen al límite de tu elasticidad.
Así, los movimientos de nado bien hechos implican estiramientos amplios, como las brazadas. Con esto conseguimos aumentar la amplitud de movimiento en las articulaciones. Con el paso del tiempo, sentirás una mejora en la flexibilidad de hombros, caderas o tobillos.
Aprende más sobre la natación en este otro artículo.
Ayuda a adelgazar
Más que centrarnos en el tema del peso, lo adecuado es decir que nadar quema calorías. Luego es tu decisión si la finalidad de la quema de calorías es perder peso o no.
Dicho esto, es innegable que el sobrepeso tiene consecuencias perjudiciales en la salud. Por lo que si ese es tu caso, empezar por nadar puede ser una buena forma de ir bajando los kilos que te perjudican. Como siempre, una alimentación equilibrada y evitar el consumo de sustancias tienen que acompañar al deporte; si no puedes quemar todas las calorías que quieras que sano no vas a estar.
Para que te hagas una idea, se estima que nadar de forma suave a crol o espala quema entre 200 y 300 calorías/hora. Luego, si nadas en otros estilos más exigentes como la mariposa, puedes llegar a quemar 700 calorías por hora.
calorías/hora
Aumenta la resistencia
A nivel general, el cuerpo es muy agradecido cuando hacemos deporte. Enseguida notamos cambios, como bienestar físico y mejoras en la salud. Eso sí, en cuanto paramos un tiempo, rápido desaparece.
Al mismo tiempo, el cuerpo agradecido es, pero tampoco es un templo de los milagros. Si llevamos años sin mover un dedo, no podemos meternos en el agua y pensar que vamos a nadar una hora como si nada. 😂 Pero lo que hoy son diez minutos, mañana serán veinte, luego treinta, y finalmente un entrenamiento de una hora completa (o el objetivo que quieras).
Uno de los factores determinantes para ver avances es la resistencia. Con cada entrenamiento de natación, el cuerpo se adapta a hacer ejercicio y se vuelve más eficiente con el uso de oxígeno.
De hecho, es habitual que cuando empezamos a hacer deporte, incluso aunque llevemos tiempo, tengamos una sensación de ahogo en el primer cuarto de hora. Esto se debe a que el cuerpo es vago por naturaleza, ya que el ahorro de energía es un mecanismo de supervivencia.

No obstante, superada esa barrera de los 15 minutos, verás como recuperas el aliento. ¡Los motores se han encendido y ahora no hay quien te pare!
Te sorprenderás a ti mismo viendo como lo que te costaba horrores hace unos meses ahora ya no te supone tanto, ¡incluso tendrás la sensación de que cada vez el entrenamiento te llega a menos! ¡Hora de subir el ritmo!
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Sirve para meditar
Muchos son los que ponen una mueca cuando les hablamos de lo bueno que es meditar. Se suele asociar mucho con temas espirituales o con prácticas alternativas. Y aunque esto es efectivamente la meditación, también hay que tener en cuenta que se trata de un concepto más amplio con el que quizás nos sintamos más cómodos.

Meditar es simplemente reflexionar sobre un tema más o menos profundo, tener una conversación con nosotros mismos. Al estar haciendo deporte y sentirnos bien, sumado a los beneficios del agua, veremos que se va propiciando un momento de desconexión que irá desembocando en una meditación activa.
Gracias a ella, conseguiremos una claridad mental que en otro contexto no seríamos capaces.
La meditación activa nos ayuda a enfocarnos en el momento presente y ser conscientes de nosotros mismos, lo que nos rodea. Se puede decir que nos ayuda a evitar ir por ahí como pollo sin cabeza.
Después de lo que llevas leyendo: ¿No te han dado unas ganas locas de ponerte a nadar? Hazte con tu equipo de natación, ¡y al agua!
¡Los beneficios de nadar son increíbles! Y, aunque está recomendado y es adecuado tanto para personas mayores como para niños a nivel general, existen algunas enfermedades, dolencias o situaciones físicas para los que es muy positivo.
Bibliografía
- Campos, L. et alii (julio/diciembre 2021). «La práctica de la natación y sus efectos en la coordinación motora, atención y flexibilidad cognitiva de prépuberales». Acción Motriz, revista n.º 27, Asociación Científco Cultural en Actividad Física y Deporte (ACCAFIDE): Las Palmas de Gran Canaria. Fecha de última consulta: 29 de diciembre de 2024. Disponible en: file:///C:/Users/crist/Downloads/Dialnet-LaPracticaDeLaNatacionYSusEfectosEnLaCoordinacionM-8001189.pdf
- Gallardo Ponce, I. (26 de octubre de 2023). «Los impresionantes beneficios de la natación para tu salud». CuídatePlus. Fecha de última consulta: 29 de diciembre de 2024. Disponible en: https://cuidateplus.marca.com/ejercicio-fisico/2021/08/16/impresionantes-beneficios-natacion-salud-179007.html
- Morales García, J. A. (27 de julio de 2022). «Por qué la natación es tan buena para cuidar el cerebro». BBC.com. Fecha de última consulta: 29 de diciembre de 2024. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-62317758