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¡Buenos días! Vamos a dedicar este artículo de hoy a comentaros algunos de los beneficios de las clases particulares y a daros consejos a todos aquellos que queráis iniciaros (¡o que ya estéis iniciados!), como profesores o alumnos, en esta maravillosa aventura de la enseñanza particular. Como la mayoría ya sabréis, SuperProf es mucho más que una página de contacto para profesores y alumnos. Con su blog, esta web pretende convertir el mundo de las clases particulares en un viaje de lo más interesante, con lo que intenta hacer que cualquier artículo informativo sea algo verdaderamente útil para los lectores. Para saberlo todo, consulte nuestra guía para recibir clases particulares.
Los profesores particulares: más que simples profesores
Como alumnos, quizás hayáis notado alguna vez una cierta falta de motivación o perseverancia. Como profesores, tenéis más que claro que es muy difícil enseñar cosas nuevas a alguien que no tiene interés en aprender. ¡Es misión imposible! Sin embargo, ahí es donde reside una de las grandes ventajas de los profesores particulares, ya que se encargan de seguir de cerca la progresión de sus alumnos, de mandarles deberes para que sigan avanzando y mejorando, y de marcarles objetivos claros que les motiven. Aun así, ¿Cómo solicitar clases particulares? ¿qué se debe hacer entre clase y clase? Los profesores particulares: una fuente de motivación y de progreso El trabajo de los alumnos dependerá, por supuesto, de lo que estén estudiando; pero hay cosas que no cambian nunca, como la base: trabajar 10 o 15 minutos al día. Por lo general, los “deberes” son algo que no debe ocupar mucho tiempo. De hecho, el trabajo personal semanal de cada alumno debería ser de unas 2 horas, aunque muchos profesores particulares no les pedirán que le dediquen tanto tiempo. Por eso, son los propios alumnos los que tienen que hacer el esfuerzo y tener la fuerza de voluntad suficiente para trabajar día a día con el fin de alcanzar sus objetivos. Ahí reside la diferencia principal entre un profesor de instituto y un profesor particular: el primero está ahí para hacer que los alumnos trabajen, el segundo se dedica más bien a corregirles, revisarles y ayudarles a que progresen (aunque, por supuesto, los avances dependerán de la implicación y dedicación de cada estudiante). En plataformas como Superprof podrás encontrar una gran oferta de clasesparticulares en Barcelona.
Trabajar 15 minutos cada día entre clase y clase
Para las clases de idiomas: trabajad la pronunciación, revisad el vocabulario, repasad lo aprendido en clases anteriores y preparaos para las próximas
En el caso de las clases particulares de inglés, francés o italiano, podéis empezar por repasar la pronunciación de determinados sonidos y sílabas durante unos minutos, a modo de calentamiento. En el caso de aquellas lenguas que usen un alfabeto diferente al nuestro, podéis dedicar un ratito a repasarlo. Revisad también el vocabulario que hayáis ido aprendiendo en las últimas sesiones. Seguramente os resulte útil hacer listas y leerlas en voz alta, ya que así no sólo trabajaréis la pronunciación y os iréis acostumbrando al idioma poco a poco, sin tener que hacer grandes esfuerzos de memorización y redacción. Hasta aquí, esta sería la primera fase de calentamiento. La segunda fase la dedicaréis a trabajar en lo aprendido en sesiones anteriores. Lo ideal es buscar frases donde aparezcan palabras, estructuras y expresiones que ya hayáis aprendido para traducirlas al español y así repasar. Cuando adquiráis cierta soltura, podéis optar por un ejercicio inverso: traducir hacia la lengua que estéis aprendiendo a partir de frases en español. Esto os costará un poco más al principio, pero a medida que repitáis el ejercicio notaréis como cada vez se os da mejor. La tercera y última fase irá destinada a copiar y repetir todo el vocabulario nuevo para reconocerlo fácilmente en la próxima clase, a revisar la gramática y la sintaxis de la última sesión y a organizar o empezar a trabajar en los documentos que usaréis en la próxima hora de clases particulares con vuestro profe de inglés, francés, italiano, alemán…
Para las clases de música: repasad las escalas, las partituras y las respiraciones antes de practicar directamente con el instrumento
Para las clases de música, el funcionamiento es prácticamente el mismo. Debéis empezar por repasar las escalas y las respiraciones, si tocáis algún instrumento de viento, aunque también es buena idea que practiquéis la lectura de partituras o tablaturas sin tocar el instrumento. A esto le podéis dedicar unos 5 minutos. A continuación, podéis centraros en revisar sesiones anteriores, volviendo a tocar algunos fragmentos que ya hayáis aprendido, o repasando secuencias rítmicas con las que hayáis tenido problemas anteriormente. Por último, podéis practicar directamente con el instrumento para repasar determinadas melodías, ritmos o fragmentos enteros para así prepararos para vuestro próximo encuentro con vuestro profesor particular. No tenéis por qué dedicar más de 5 minutos a cada parte, pero está claro que el tiempo de trabajo personal depende de cada alumno, así que cada uno se encargará de distribuir el tiempo como lo considere más oportuno. ¿Buscas anuncios clases particulares?
¿Por qué resulta útil esta metodología de “las tres fases” para el trabajo personal?
Supongo que os habéis dado cuenta de que a veces el apetito no os llega hasta que no empezáis a comer, pues lo mismo ocurre con los estudios: las ganas de trabajar a veces no llegan hasta que uno se pone a hacerlo. Así, fijarse un primer objetivo de 15 minutos al día puede ser una buena estrategia para adquirir un determinado ritmo de trabajo, con lo que después nos resultará más fácil dedicar más tiempo a estudiar y repasar. Esta metodología está especialmente diseñada para los que prefieren dejar todo para el último minuto (los que recurren siempre al “¡Ya lo haré mañana!”). Recordad: no dejéis para mañana lo que podáis hacer hoy.
¡15 minutos al día no es nada!
De las 24 horas que tiene el día, no es mucho pedir dedicar 15 minutos (o tres sesiones de 5) a repasar. Tendréis la sensación de que no habéis trabajado demasiado, pero en verdad le habréis dedicado tiempo cada día, con lo que habréis repasado todo lo aprendido y habréis ido mejorando poco a poco.
El trabajo diario es el remedio contra el olvido
Además, estos 15 minutos son una gran idea porque siempre tendemos a olvidar repasar lo aprendido en sesiones anteriores. Si dedicamos un poco de nuestro tiempo libre a repasar, podremos sacarle mucho más provecho a nuestras clases con los profesores (para trabajar con ellos todo aquello que no podemos hacer por nuestra cuenta).
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