Los trabajadores y los consumidores son las personas que sustentan las arcas públicas de un estado. Como hemos visto en otros artículos de la revista de Superprof, hay impuestos que gravan los bienes y servicios que adquirimos (impuestos indirectos) y otros que tenemos que pagar en función de nuestra renta y situación personal (impuestos directos).
Por lo tanto, cada vez que compramos un producto o un servicio, una parte de su precio es el IVA o impuestos especiales, por lo que son impuestos que van a las administraciones públicas para sufragar los gastos del estado. Así mismo, cuando tenemos un trabajo, parte de nuestro salario se retiene de forma automática mes a mes en calidad de impuestos (cotizaciones a la seguridad social, por ejemplo). Por lo tanto, se puede afirmar que prácticamente todos somos contribuyentes.
¿Por qué tenemos que pagar impuestos?
Para vivir en comunidad de la forma más justa posible. En un estado de bienestar el Estado ofrece multitud de servicios al ciudadano para que viva de forma cómoda y agradable. Pero obviamente son los propios ciudadanos los que costean estos servicios. Con los impuestos se paga absolutamente todo: las sábanas de los hospitales, el asfalto de las carreteras, las fiestas patronales, la limpieza de las playas... así como el salario de todas las personas que pertenecen al cuerpo de funcionarios del estado (profesores, policías, sanitarios, bomberos, militares, personal administrativo, jueces, etcétera).
¡Revisa estas apps para ayudarte a declarar tus impuestos más fácilmente!
La redistribución de la riqueza
Con el pago de impuestos, además de financiar los servicios públicos y las infraestructuras de un país, se hace también un ejercicio de redistribución de la riqueza. Mediante un sistema de apoyo social, ayudas y otros mecanismos se intenta que los sectores desfavorecidos de la sociedad salgan de esa situación. El sistema de redistribución también pretende equilibrar las diferencias entre comunidades autónomas, para tener un país lo más equitativo posible y que la riqueza no se concentre en unos lugares determinados.
Al pagar impuestos en función de la capacidad económica, siempre habrá unas personas que han contribuido con más cantidad de impuestos que otras; porque pueden. Esto es la solidaridad, un aspecto fundamental para vivir en sociedad.
Artículo 131 de la Constitución Española de 1978, Título VII
El Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución.
El Gobierno elaborará los proyectos de planificación, de acuerdo con las previsiones que le sean suministradas por las Comunidades Autónomas y el asesoramiento y colaboración de los sindicatos y otras organizaciones profesionales, empresariales y económicas. A tal fin se constituirá un Consejo, cuya composición y funciones se desarrollarán por ley.
Diferencia entre justicia, igualdad y equidad
Todos los ciudadanos españoles son iguales en derechos y obligaciones. Todos debemos contribuir con los gastos comunes. ¿Cómo se contribuye? Pagando impuestos. Esto es lo justo. No obstante, no todo el mundo tiene la misma capacidad económica (la cantidad de dinero que puede pagar el contribuyente teniendo en cuenta su renta y su situación personal). Por lo tanto, lo justo es que todos paguemos impuestos, que todos contribuyamos; pero no todos podemos hacerlos en la misma medida.
El sistema tributario español se basa en la capacidad contributiva de cada persona para establecer los impuestos que debe pagar, es decir, según sea la situación económica y personal de cada ciudadano, así es la cantidad que tienen que pagar por impuestos. Tratar de manera diferente las situaciones que son diferentes se denomina equidad.
¿Sabías que existen diferentes tipos de impuestos en España?
¿Qué ocurre si no pago impuestos?
Las personas que no pagan los impuestos que les corresponden están cometiendo un delito. Existen dos tipos de delito para hacer referencia a este impago: fraude fiscal y evasión fiscal.
- El fraude fiscal es una acción o serie de acciones mediante las cuales el contribuyente oculta o manipula su capacidad económica para no pagar la cantidad de impuestos que está obligado a pagar. Es decir, paga algo de impuestos pero no tanto como le corresponde.
- La evasión fiscal es un concepto muy similar al anterior pero se usa en un sentido más amplio, se refiere a cualquier tipo de fraude que resulte en un daño a las arcas públicas, ya que debido a estos fraudes se ingresa menos dinero del que tendría que ser. Tenemos por ejemplos el contrabando, la salida de divisas del país o el fraude tributario.
En España hay un número elevado de personas que cometen evasión fiscal. Según un estudio de Tax Justice Network, se estima que España pierde 3 700 millones de euros al año debido a la evasión fiscal de ricos y multinacionales [Laura Delle Femine (20 de noviembre de 2020), El País]. Y esto es tan solo una parte. En total, teniendo en cuenta todos los tipos de fraude fiscal que se cometen, siendo los más comunes el no pago o menos pago del IVA, del IRPF y del Impuesto de Sociedades, la suma ascendería a los 40 000 millones de euros al año [EAE Business School, basado en el Informe Fedea: El hueco que deja el diablo]
Si necesitas clases de contabilidad financiera, no dudes en confiar en Superprof.
Las cifras son escandalosas y el resultado es que las personas que sí cumplen con sus obligaciones fiscales se ven dentro de una sociedad injusta, ya que los defraudadores utilizan los bienes y servicios públicos igual que todos los demás, pero no contribuyen.
«Puede que se crean que han conseguido engañar al Estado. Pero ellos saben que lo que hacen está mal. No están engañando al Estado, a su Comunidad autónoma o a su Ayuntamiento. Están quitando una parte de lo que les corresponde a todos los ciudadanos, incluidos a ellos mismos. Ellos saben que se están comportando como personas egoístas e insolidarias y que están engañándose a sí mismos y a los demás.», Portal de la Agencia Tributaria
Cuando los medios de control del Ministerio de Hacienda detectan que hay personas que han cometido o están cometiendo evasión fiscal se les reclama todo el dinero que deberían haber pagado y se les pone además una multa.
¿Quién paga el IRPF?
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas grava la renta. Cuando nos referimos a renta, nos estamos refiriendo al dinero que ganamos, que puede ser a través de distintas fuentes:
- Los rendimientos del trabajo: el dinero que ganamos trabajando (el salario) o el dinero que recibimos de la pensión. ¡Recuerda que los pensionistas también deben declarar!
- Los rendimientos del capital: el dinero que obtenemos de inmuebles (alquiler) y los ahorros.
Estos rendimientos son la denominada base imponible, que es la cantidad que determina la capacidad económica del contribuyente y se calcula en función de lo que gana (sueldos, alquileres) y de su situación personal (personas a cargo, vivienda). Sobre esta base imponible se calcula lo que a cada persona le corresponde pagar.
Es imposible decir una cifra o el porcentaje de impuestos que paga una persona sin conocer bien sus datos fiscales y personales. No obstante, sin hablar de cantidades en concreto, sí podemos definir quién tiene que pagar el IRPF:
Las personas físicas residentes en España. Todas las personas, tengan la nacionalidad española o no, que viven la mayor parte de año en territorio español.
¿Quién tiene que hacer la declaración del IRPF?
Pagar el IRPF y hacer la declaración del IRPF (declaración de la renta) no es lo mismo. Hay personas que no están obligadas a hacer la declaración del IRPF, pero no por ello quiere decir que no han pagado impuestos. El IRPF se deduce automáticamente de la nómina para los trabajadores por cuenta ajena (asalariados); y los trabajadores por cuenta propia (autónomos) deben ingresar el IRPF cada tres meses. Por lo tanto, todos los trabajadores van pagando impuestos a lo largo del año.
Como ya hemos comentado, los impuestos se pagan en función de la capacidad económica de cada uno. Por lo que la declaración nos sirve para comprobar si las cuentas se han hecho bien, es decir, si se ha tenido en cuenta todo lo necesario para calcular la cantidad de impuestos que debemos pagar.
Si tras este análisis hemos pagado a lo largo del año menos dinero del que deberíamos, la declaración nos sale «a pagar» (tenemos que ingresar una determinada cantidad al Tesoro Público) y si hemos pagado más de lo que se considera necesario nos sale «a devolver» (Hacienda nos devuelve la cantidad que nos corresponde).
Sin embargo, hay personas a las que la declaración les sale a pagar pero por su situación económica desfavorable, Hacienda considera que no es necesario que presenten la declaración ni que transfieran ese dinero a las arcas públicas.
Las personas que están exentas de presentar la declaración de la renta son todos aquellos contribuyentes cuyos rendimientos obtenidos son iguales o inferiores a 22 000 € brutos anuales. Si un trabajador ha ganado esa cifra o menos, no está obligado a presentar la declaración del IRPF, a menos que durante ese año haya tenido dos pagadores (ha trabajado en dos empresas en un mismo año, ha estado en paro y después trabajando en una empresa...). Revisa cómo realizar tu declaración del IRPF paso a paso.
Eso sí, existen algunos trucos útiles para reducir tu pago de impuestos. ¿Te interesa saber cuáles son?
¿Te gustó este artículo? ¡Evalúalo!
Cargando...
