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«La sociedad solo es posible a través del lenguaje», explicaba el lingüista y poeta francés Benveniste en 1963. El lenguaje es el medio de comunicación que un grupo de seres humanos concreto utiliza en un momento determinado. Lógicamente, las transformaciones socio-culturales avivan el dinamismo de los idiomas. Aparecen palabras y giros idiomáticos completamente nuevos, mientras que otros muchos desaparecen. Estas alteraciones llegan incluso al nivel de los idiomas, lo que provoca la desaparición de algunas lenguas, consideradas ya como «muertas».
El conjunto de las costumbres, usos, preferencias y tradiciones de una sociedad se resume bajo la denominación de «cultura». La lengua en sí misma pertenece a la esfera cultural, de la que recibe su razón de ser y su consagración.
No nos sorprende que los diferentes factores que conforman una cultura influyan en las costumbres lingüísticas de las personas. El mimetismo busca emular lo más alto (a los más grandes, los genios, los sabios) o lo más bajo (la cultura popular, la simplicidad, la espontaneidad).
Podemos decir que son cuatro las disciplinas principales que han conservado cierto impacto en el idioma de Cervantes: la prosa de las novelas, el mundo audiovisual, las canciones y la poesía.
La influencia de los escritores en lengua española
Los académicos de las letras suelen dividir la historia en varios periodos sucesivos, pero no se trata de una simple convención, totalmente artificial y sin ningún anclaje real. Por el contrario, de un momento al otro, según las influencias extranjeras y los movimientos internos, las circunstancias religiosas y filosóficas o la calidad de los intercambios, la estructura de nuestro idioma ha ido variando hasta conformar el español contemporáneo.
¿Cuál es la influencia de los escritores en la lengua española?

Durante el Renacimiento, comenzó a escribirse en lengua vernácula, y el latín y el griego empezaron a quedar relegados a un segundo plano. En esta época dejaron su huella literatos de la talla de Fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, Lope de Vega o Miguel de Cervantes. Gracias a ellos, nuestro idioma vivió una época de cambios. El siglo de los humanistas vio cómo las lenguas vernáculas, con toda su diversidad de acentos, ortografías y obras literarias, alzaban el vuelo.
En el Siglo de Oro (XVI, XVII), tuvo lugar uno de los mayores hitos de nuestra lengua: la publicación de la Gramática castellana de Nebrija (1492), la primera obra completamente dedicada al estudio de la lengua castellana, su estructura y sus reglas. Si bien fue muy criticado en aquel entonces, este estudio permitió marcar por primera vez unas reglas ortográficas basadas en la fonética del idioma.
En el siglo XVIII comienza el conocido como Siglo de las Luces, la época de la Ilustración, donde se emancipa la conciencia y la mente. Se funda la célebre Real Academia Español, que publica por primera vez su Diccionario de la lengua castellana (1726-1739). En esta época comienza a utilizarse el español como lenguaje científico y se empiezan a traducir a nuestra lengua, algunas de las obras más destacadas de la literatura internacional.
El Romanticismo llegó a España de manera tardía, pero nos trajo a grandes artistas como Mariano José de Larra, José Zorrilla, Gustavo Adolfo Bécquer o Rosalía de Castro. Poco más adelante, el Realismo literario vino de la mano de Galdós, Clarín y Pardo Bazán.
Durante los siglos XX y XXI, el español se flexibiliza y recoge todas las variantes habladas por el mundo. Javier Marías, Vargas Llosa, Julio Cortázar, Isabel Allende, Buero Vallejo, Miguel Delibes, Camilo José Cela, etc. ¡Cuántos grandes!
El cine en español: trasmisor de la lengua de Cervantes
Los hermanos Lumière tuvieron la maravillosa idea de inventar el cine. Esta aventura, que comenzó en 1895 ha vivido una evolución increíble. Desde el cine mudo en blanco y negro, pasando por el cine en color hasta las películas de animación y en 3D.

Si bien el séptimo arte no tiene más de un siglo de existencia a sus espaldas, se trata de la expresión artística más evolucionada de la época contemporánea. Las corrientes artísticas se han ido sucediendo a toda velocidad y han dejado paso a un gran número de innovaciones en apenas una generación.
Cada película es el reflejo de una sociedad en un momento concreto. Muestra sus hitos, tradiciones, costumbres y también sus características lingüísticas. Los propios filólogos a veces recurren al cine para tener constancia de esas variaciones, al igual que los investigadores especializados en historia contemporánea.
El cine llegó a nuestro país en 1896. La primera película española con argumento fue Riña en un café (1897) de Fructuós Gelabert. Más adelante, se fueron haciendo adaptaciones teatrales y llegan al panorama internacional La aldea maldita (Florián Rey) y Un perro andaluz (Buñuel y Dalí). Más adelante se hacen famosos los niños actores (Joselito, Marisol…) con filmes como Marcelino pan y vino, conocido a nivel mundial.
En la actualidad, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el cine español traspasa fronteras. Solo hay que ver el éxito de El otro lado de la cama, Mar adentro, Alatriste, El orfanato, Lo imposible, Ágora, Ocho apellidos vascos…
La música en español como herramienta imprescindible en clase de lengua
Está claro que la música tiene una historia de siglos y siglos de antigüedad, pero no podemos dudar que las grabaciones y los avances tecnológicos le han dado un giro de 360 grados. Todo el mundo puede acceder a ella, a todas horas, desde cualquier lugar. De ahí que muchos profesores hayan querido confiar en el poder de la música para «domar a sus fieras», amenizar las clases y ayudarles a aprender de manera divertida.

Las pedagogías más innovadoras buscan encontrar la manera de que los alumnos conviertan sus pasiones en herramientas de aprendizaje, que les permitan mantener sus niveles de concentración al máximo. Los profesores de música fueron los primeros en aprovechar este filón, pero el profesor de lengua (lengua española, inglés, francés, alemán…) lleva también muchos años utilizando la música nacional e internacional en su aulas.
Desde artistas más «clásicos» (Raphael, Nino Bravo, Joaquín Sabina…) a los más actuales (Shakira, Enrique Iglesias, Juanes, etc.), los docentes tienen una gran variedad donde elegir. Con un ritmo y una melodía, resulta mucho más fácil memorizar los sonidos y la pronunciación, pero también ampliar el vocabulario. La música tiene una influencia muy grande en nuestra lengua.
Utilizar la poesía para dar clases de lengua
Muchas personas de todo el mundo quieren aprender español para ser capaces de apreciar los textos, las películas o la música producida en nuestro idioma. Para aprender español como lengua extranjera, hay muchos recursos a los que acudir, y, sin lugar a dudas, la poesía es uno de los imprescindibles.
La poesía es muy exigente, pero nos permite conseguir una comprensión muy profunda de la lengua en cuestión. Por eso, los versos ocupan un lugar tan importante en los centros escolares del panorama nacional, ya que se utilizan para enriquecer la mente de los alumnos.

Cuando hablamos de aprender poesía, no pensamos en obligar a nadie a escribir alejandrinos. ¡Para nada! El estudio de la métrica es muy bueno para desarrollar la inteligencia. Además, aprender una poesía y recitarla nos permite mejorar la memoria, así como nuestra capacidad de expresión.
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