Nada mejor que transmitir la pasión que siento yo por el inglés, como filóloga que soy, para que una persona que no le gusta o se le da mal empiece a disfrutarlo también. Para que no vea el inglés como su enemigo.
Llevo dos años dando clases a niños que antes odiaban la materia y ahora les encanta y no le ven apenas dificultad. También he ayudado a amigos que tenían problemas con este idioma y ahora no lo ven como talón de Aquiles.
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